Los pliegues visibles en las inmediaciones de Checa tienen su origen en la orogenia hercínica, hace unos 300 millones de años.
El movimiento de las capas tectónicas comprime o tensa los materiales geológicos, especialmente en los puntos en que las placas se encuentran entre sí.
Los estratos comprimidos pueden romperse, o deformarse si se encuentran a altas temperaturas como era el caso de los pliegues visibles en Checa, cuya gran profundidad pudo situarlos en temperaturas de alrededor de 400ºC.
La dinámica de placas ha ido elevando progresivamente estos pliegues a lo largo de millones de años, desde el subsuelo de los fondos oceánicos hasta la superficie terrestre donde ahora podemos contemplarlos.
Los pliegues más espectaculares se encuentran en las cuarcitas en la carretera que une Checa y Orea.