Gran parte del territorio de Checa es un gran Karst. El agua disuelve las calizas y crea simas, túneles y cuevas bajo tierra. Así, los manantiales brotan y desaparecen por igual en los alrededores de Checa, siendo la Hoz Seca el representante más espectacular de este tipo de paisaje.
Junto al río Hoz Seca, que aporta el principal caudal de aguas al Tajo, se encuentra la Cueva del Tornero, de gran interés espeleológico, por tener sus galerías y ramificaciones de estas, además de pequeñas corrientes de agua subterráneas, más de trece kilómetros de longitud explorados por espeleólogos, si bien continúan, haciendo famoso su nombre y su leyenda, ya que todavía nadie ha llegado al final. De hecho, es una de las cuevas más largas de centro peninsular.